Los escenarios de poder bajo los mecanismos de elección democrática han tenido predominantemente la participación de la población masculina; no obstante se reconocen avances en materia de participación de la mujer en cargos del Estado desde la aprobación de la ley 581 de 2000 y la ley 1475 de 2011, se estableciéndose la ley de cuotas y la obligatoriedad de que las listas a las corporaciones públicas estén en un mínimo de 30% conformadas por mujeres; lo que conllevó a una mejora en la visibilidad y el empoderamiento de la mujer en escenarios de poder; así como también en un porcentaje similar para el acceso a cargos de alto nivel en los niveles de gobierno dentro del Estado Colombiano.

Aunque las normas anteriormente citadas obligan a las entidades del nivel ejecutivo también a contar con esta proporción en gabinetes a nivel de alcaldías y gobernaciones, esto no se presenta en todos los casos, estimándose por parte de la red nacional de mujeres, que entre un 30% a 40% de estos entes territoriales incumplen estos preceptos legales. Ante este panorama surgen nuevamente las apuestas de carácter legal por generar obligatoriedad en la participación de la mujer, mas exactamente en los cargos a corporaciones públicas elegidas por voto popular, en este caso los esfuerzos se encaminan hacia la paridad o la conformación de listas cremallera conformada en igual proporción por hombres y mujeres. En los hechos se pudo ver con la expedición de la ley estatutaria que reforma el código electoral un avance en el empoderamiento político de las mujeres, lo cual se reflejó en un aumento para el Tolima de escaños en cámara de presentantes en cuanto a paridad de género, pues para las elecciones de congreso del año 2022 un total de tres de los seis escaños están bajo el liderazgo de mujeres con grandes capacidades y líderesas desde sus sectores y nichos.

Esta situación mejoró también a nivel nacional, pues de 267 escaños del congreso 2022-2026, un total de 79 son ocupadas por mujeres, 31 en el Senado y 48 en la Cámara de Representantes, 25 escaños mas que en las elecciones 2018-2022; si bien la reforma al código electoral fue declarada inexequible por la Corte Constitucional por vicios de forma en el trámite de ley estatutaria, marcó una oportunidad para trabajar por la paridad de género en los cargos a corporaciones públicas y marca un hito importante para generar empoderamiento desde la base para que las mujeres en Colombia y en Ibagué puedan ser un factor importante en las decisiones de inversión y los destinos de los territorios, históricamente reservados a la población masculina, en detrimento de la fuerza de cambio de la mujer, muchas veces tenidas en cuenta en este medio como figuras decorativas.

Tiene pues la mujer colombiana, tolimense e Ibaguereña, un reto difícil pero con un camino proyectado por grandes lideresas, para incidir de manera mas fuerte en estos escenarios de poder, el escenario democrático en sus formas ofrece las garantías para la participación, el reto estará en concientizar a la ciudadanía, a las mismas mujeres en la necesidad de creer más en que la paridad de género puede ser el factor de cambio para mejorar la calidad de vida de la sociedad, acompañada del fortalecimiento de las capacidades de liderazgo, del conocimiento de lo público dentro de la crisis actual de liderazgo y de tomar los espacios en los que nos hemos destacado pero en los cuales hemos sido invisibilizadas.

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