Lastimosamente la crisis de la empresa EMSER E.S.P. en el Líbano no para. Ahora, las quejas son por la escasez de cestas de basura que, aunque parezca irrisorio, se convierten en un problema de salud pública diario pues los habitantes del municipio se ven obligados a arrojar las basuras en la calle y sus esquinas.

Justamente, la pregunta es, ¿y qué pasa con los dineros que se recogen en la factura por el canon del aseo público? El Líbano se ha visto expuesto a un incremento de flujo de personas, turistas, nuevos residentes, entre otros, y la infraestructura del municipio se ha quedado corta.

«No pues, ya uno ni encuentra donde botar cualquier cosa, o toca traerla y tirarla en estas canecas del parque o llevársela para la casa y eso le da una mala presentación al pueblo», dijo Rodrigo Hernández de 47 años quien suele sentarse en el parque principal.

Y aunque la el control y número indicado de cestas públicas le corresponde al municipio del Líbano, en la redacción de EL ANDINO nos fuimos hasta la Capital Musical para consultar con una fuente de la empresa Ibagué Limpia sobre el asunto y quien pidió la reserva de su nombre.

«Aquí, en una ciudad como Ibagué, debemos tener una cesta de basura por cada 5 mil o 10 mil personas, y somos en promedio 500 mil habitantes, nos hemos ocupado de las vías principales y los puntos de encuentro de diferentes puntos de la ciudad, porque esto es clave a la hora de prevenir muchos problemas de salud en la comunidad», agregó la fuente.

No obstante, en el Líbano apenas existen 8 cestas de basura y los horarios definidos de recolección domiciliaria, además de contar con un equipo humano dedicado a la recolección de residuos por las diferentes vías de la capital cafetera del norte del Tolima, sin embargo, esto ya no es suficiente.

«Con toda esa plata que recogen en el recibo deberían al menos poner donde uno pueda botar la basura, que los que vienen a comprarnos a los comerciantes vean un pueblo limpio y no así como usted lo está encontrando en esta entrevista, vea periodista por aquí siempre suben a Murillo y mire ese colchón, qué vergüenza», agregó una comerciante de 57 años que pidió la reserva de su nombre pues trabaja en un local ubicado frente al parque principal.

Así las cosas, luego del escandaloso error de facturación por parte de la empresa de EMSER, han salido a la luz otros problemas que deben tener una pronta respuesta por parte de la Administración Municipal y la gerencia del aseo.

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