En dos semanas comienzan en firme las negociaciones para la discusión del salario mínimo de 2024 y aunque tanto analistas como gremios, sindicatos y el propio Gobierno ya están haciendo sus apuestas al respecto al ofrecer sus primeras pinceladas.
Las quinielas por el sueldo mínimo del próximo año parten con fuerza desde la publicación el miércoles pasado de la inflación para octubre, cuyo dato anual cerró en 10,48%, certificando el séptimo mes de retroceso.
No obstante, el dato continúa siendo elevado en comparación con los pares latinoamericanos a falta de dos meses para finalizar el año, aunque las autoridades confían en que sea menor a 10%.
Puntualmente, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, estima que sea de un dígito, 9% al cierre de 2023, aunque a su juicio, el Emisor deberá reducir la tasa de interés.
Este valor, vale precisar, sin contemplar el auxilio de transporte. “Las estimaciones de inflación para el cierre de año se encuentran entre 9% y 10%, por lo que probablemente el incremento del salario mínimo estará por encima de este rango entre 1 y 2 puntos porcentuales alrededor de 11%”, mencionó Juan David Robayo, analista senior de Investigaciones Económicas en Itaú.
Mientras tanto, Andrés Langebaek, director ejecutivo de Estudios Económicos de Grupo Bolívar, considera que el incremento debe ser de 11,5%.
“Cuando se mira en cuánto se ha incrementado el salario mínimo por encima del aumento en la inflación y de la productividad (a eso lo llamamos sorpresa política) se obtiene un promedio histórico de 1.8%”, dijo el analista.
De esta forma, con los cálculos que presenta, el incremento máximo del salario debería ser de 9,5% (inflación) + 0 (productividad) + 1,8% de sorpresa política, lo que daría un dato de 11,3%.
“Pensamos que el ajuste del salario mínimo debería estar entre en el rango de 9,5% y 11,3%”, mencionó el experto de Grupo Bolívar.