Más allá de los discursos feministas o machistas, más allá de los estereotipos y de los moldes culturales, las mujeres representan en la actualidad un factor de cambio, representan confianza, trasparencia y gestión. Son grandes ejecutivas y con solvencia moral para encarar todo tipo de retos. En los cargos representativos siempre el saldo ha sido positivo y los alcances de sus acciones han beneficiado a comunidades enteras.
En todas las actividades las mujeres han jugado papeles preponderantes, inspiradores y ejemplificadores de su fuerza, valentía y responsabilidad. En los deportes, las artes, la política, la economía y demás, han marcado un antes y un después, confirmando que con las mujeres toda representación está en buenas manos. Su sensibilidad social junto con su vocación natural de cuidado y servicio hacen de las mujeres un compendio de virtudes de las más altas calidades para el servicio de la gente.
En Ibagué y el Tolima, las mujeres siempre se han destacado por sus luchas, sus ideales y la convicción para alcanzar los objetivos que han sido decisivos en momentos difíciles. En todos los escenarios en nuestra región las mujeres han sido pieza clave del desarrollo en todas sus direcciones, han liderado con destreza los grandes retos que las han involucrado en la realización de los avances más significativos en materia social, económica y política. Su participación activa nos ha llevado a reflexionar sobre la importancia de sus acciones en la vida diaria y en las grandes decisiones en favor de la ciudadanía.
Estamos ante un momento histórico, un momento donde como sociedad hemos entendido que todos somos iguales, que tenemos las mismas oportunidades y que reconocemos en las mujeres liderazgos genuinos, reales y en sintonía con las comunidades. Donde también comprendemos que los cambios son el motor de desarrollo y que en nuestro presente debemos activarlos con prontitud de la mano guía de las mujeres con la representación social. En el mundo son cada vez más los logros que marcan historia gestionados por las mujeres, logros que han cambiado vidas, realidades, países y regiones que han reivindicado la calidad de vida olvidada por muchos años y recuperada por el trabajo incansable de ellas.
Las grandes definiciones también van de la mano de la unidad, la postura componedora de las mujeres, ha permitido que se unan los diferentes sectores sociales en favor de una causa concreta. La unidad es el camino más corto e idóneo para gestionar el cambio, para reconocer errores y recomponer heridas del pasado que nos han dividido y nos condenan a un presente duro y un futuro poco prometedor. La mano conciliadora de la mujer, es definitiva para lograr la unidad sólida que permita de una vez por todas acertar en la solución urgente de las necesidades de la gente. Por ejemplo, en Ibagué, necesitamos de tal unidad y responsabilidad para destrabar el proceso de desarrollo y encumbrar a la ciudad al camino de las verdaderas y profundas soluciones.
De la mano de las mujeres, estoy seguro, seremos mejor sociedad. ¡Es el tiempo de las mujeres!