De ejemplos buenos y malos está hecho el mundo, todos aprendemos en la vida y de la vida, continuamente recibimos lecciones, algunas aprendidas, otras no, somos un cúmulo de circunstancias y experiencias que nos van formando o deformando. Hoy quiero aprovechar este espacio para hablar de un buen ejemplo, de un gran ser humano, de la inocencia que rompe colores, que no ve fronteras, que respeta la diferencia y ejerce su libertad con espontaneidad y criterio, con la fuerza en el corazón y la pasión del deporte.
El fútbol es pasión, es el deporte más popular del mundo, para algunos es una enfermedad, para otros hace parte ceremonial de su vida, los cálculos porcentuales en materia de movimientos económicos, que produce esta industria son sin duda impresionantes. El fútbol nos da tristeza, alegrías, nos permite conocer historias de vida, es una montaña rusa de emociones, quienes hemos jugado fútbol y vemos una pelota, sentimos palpitar ese niño interior que nos impulsa a chutar el balón.
En el Tolima tenemos la gran fortuna de contar con un gran hombre al que le gusta el fútbol, un apasionado de la vida, un triunfador, al que siempre le gusta lo mejor, Don Gabriel Camargo, incansablemente nos ha dado ejemplo de lucha, por eso desde hace más de una década el Deportes Tolima, está ubicado siempre en las primeras posiciones, arraigando ese amor por nuestra tierra, por los colores de nuestra bandera y por ese sentido de pertenencia que debemos cultivar más, potenciar más en nuestra cultura.
Ese trabajo de Don Gabriel y su esfuerzo han servido mucho para que se conozca nuestro departamento, nuestra gran riqueza cultural y gastronómica y para romper fronteras y enamorar corazones, tal y como pasó con Maxi, un pequeño niño que desde el 2018 con autonomía, espontaneidad e inocencia decidió ser hincha fiel del Deportes Tolima, con una particularidad especial Maxi vive en Medellín sus padres y familiares son paisas, por supuesto hinchas de nacional, pero Maxi decidió que el “Tolimita” sería su equipo.
Maxi es lo máximo, da ejemplo a todo nuestro departamento de fidelidad, lealtad, pero lo más grande a destacar de lo que nos muestra Maxi, es que el fútbol no tiene fronteras, que es un espacio para encontrarnos como sociedad, para convivir en paz. Maxi se ha convertido en la buena vibra (el amuleto) de nuestro equipo, Maxi Dios te bendiga y gracias por demostrarnos que en el fútbol, es para vivirlo en alegría y en paz.