Como parte de su defensa, una nueva versión entregó el empresario Luis Alberto Casallas, pues luego del fallido festival, tienen una deuda encima de 29.000 millones en promedio e investigaciones en curso, esto debido a la cancelación de un festival que contó con todas las expectativas.
“A mi hijo Alejandro le llegaron amenazas porque decían que habíamos cambiado el género. ‘Nos están robando. Nos están estafando’, le decían”, comentó el padre del organizador del evento.
Según explicó este hombre, los motivos por los cuales no realizaron el festival fue por miedo debido a las amenazas y no por falta de dinero.
El organizador del Jamming dice que entre Black Eyed Peas, Caifanes, Farruko, entre otros, “hay 8.500 millones de pesos” por lo que están “haciendo todo lo posible para que los artistas se presenten”.
Así las cosas, ¿será cierta la nueva versión que sale a la luz pública? O es más bien una presunta estrategia para los juicios y demandas que se les vienen encima por el desastroso festival.
“La empresa de logística renunció faltando cuatro días. Yo tengo en mi retina las manifestaciones de hace un año. Cómo la protesta dejó de ser pacífica y con altos grados de violencia. Me dio miedo que eso pasara en nuestro festival, así de sencillo“, comentó.