Fue en el año 1955 cuando en un encuentro amistoso entre el Deportes Quindío y el Boca Juniors, surgió la necesidad de que Ibagué contara con un estadio profesional para el espectáculo deportivo.
Muchos de los asistentes al partido en la ‘cancha de Belén’ tuvieron que presenciar el encuentro de pie, por lo que motivó aún más la necesidad de contar con una infraestructura para partidos profesionales.
Así las cosas, el estadio se construyó en un tiempo record de 55 días y entregado el 20 de julio de 1955. Ha tenido tres nombres, el primero Gustavo Rojas Pinilla, luego estadio San Bonifacio en honor a Ibagué y finalmente Manuel Murillo Toro.
Por otra parte, el estadio cuenta con un aforo para 30 mil personas y es la casa del club local Deportes Tolima.
Los años de campañas y reuniones por parte de la comunidad deportiva del Tolima lograron que se construyera un estadio que fue catalogado como uno de los más originales del país en su época, esto debido a los túneles directos hacia la cancha.
¿Quién era Manuel Murillo Toro?
Manuel Murillo Toro nació en Chaparral, Tolima, el 1 de enero de 1816, se graduó del colegio San Simón, en Ibagué.
Fue presidente de Colombia en dos ocasiones, impulsando leyes que reformaron el campo del país, así como inversiones en materia de infraestructura de comunicaciones a nivel nacional.
Un primer periodo en el año 1864 y un segundo en 1872 durante los Estados Unidos de Colombia.
Fue escritor, educador y periodista, para el año 1847 fundó la Gaceta Mercantil de Santa Marta, además de colaborar en otras publicaciones nacionales.
En honor a su aporte a las comunicaciones del país, el edificio Manuel Murillo Toro del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones lleva su nombre.
En su honor se nombró el Estadio Manuel Murillo Toro y el parque frente al edificio de la Gobernación en el Departamento del Tolima.
Fue uno de los grandes defensores de la libertad de prensa y del libre ejercicio de la profesión de escritor o periodista; siempre sostuvo la tesis: «La imprenta libre e independiente es una necesidad de primer orden para la marcha de los gobiernos honrados, para depurar el servicio y corregir los vicios y, por lo mismo, conviene sostenerla en su impunidad y apoyarla cuando se extravíe».
Murió a los 64 años en Bogotá.