Nuestro país ha soportado las más enormes dificultades en materia de violencia, centralismo y abandono del Estado, el pueblo colombiano sobrevive pobre en medio de la riqueza, la inequidad se apodero de la Nación y desconecto al Estado, sin que a la vista esa conexión aun presente una idea clara, una estructura que permita desde las regiones construir el país que soñamos y sobre el cual insisto, todos debemos ponernos de acuerdo en medio de esa amalgama de pareceres y criterios.
No podemos seguir en la discusión insulsa, en los pronunciamientos para la baranda que buscan popularidad o tribuna, es el tiempo del verdadero cambio, de las transformaciones reales, hemos recorrido un camino en el pasado del cual debemos aprender, para no cometer los mismos errores. Debemos convertirnos en hacedores de realidades, trabajar en medio del disenso sobre el gran acuerdo nacional para cambiar el Estado Nación, ese que se conecte de verdad con los ciudadanos, no podemos seguir haciendo leyes o reformas que se conviertan en letra muerta o promotoras de mayor pobreza, polarización y violencia.
Tenemos la oportunidad histórica de hacer las grandes transformaciones, por eso celebro el encuentro Petro – Uribe, enviando un mensaje claro a sus seguidores sobre que, la confrontación y el odio no pueden continuar, la violencia del lenguaje, el sicariato moral, que aniquila opositores en medios de comunicación o redes sociales debe parar, para darle paso a las instituciones y los poderes del Estado recobrando su actuar y la confianza en los ciudadanos. Aumentar la discusión y el nivel del debate para el hacer, debe ser la consigna, manos a la obra, el país nos necesita.