El monopolio que ejerce Avianca en la ruta Ibagué – Bogotá, la más importante que tenemos y el método de asignación de rutas por parte del ministerio que coloca un techo y un piso a las tarifas, hace que esta empresa por supuesto tenga como referencia permanente el techo de las tarifas, lo que hace muy altos los costos de este y cualquier otro trayecto con conexión a Ibagué.
El incumplimiento en los vuelos de Avianca se suscita por la falta de aviones y la cantidad de rutas que debe atender, lo que define claramente, no solo por las recurrentes quejas de las rutas a Ibagué sino de las demás que atiende esta empresa, que en medio de los avatares diarios y sobre la marcha cambia aviones y conecta rutas en el devenir de las circunstancias de tránsito y número de pasajeros.
No podemos volar como ciudad sino contamos con un aeropuerto amplio en rutas y frecuencia de vuelos, tenemos cortadas las alas, el otro trabajo debemos hacerlo en la ciudad, promoviendo el turismo y los eventos que permitan el marketing territorial, haciendo más atractiva la ciudad, para visitantes y aerolíneas.
Debemos avanzar en acertar las gestiones e inversiones desde el conocimiento técnico, así como también en la estrategia de posicionamiento territorial y la visión de largo plazo, Ibagué está preparada para grandes cosas, nuestras ventajas comparativas nos permiten hacer escenarios positivos en términos de desarrollo economico y social.
Estar unidos es la clave para solicitar al gobierno nacional y a las aerolíneas, nos vean de otra manera, la de la ciudad intermedia más importante del país, por su ubicación, clima, riqueza cultural y de fauna y flora.